Las Buenas Prácticas de Fabricación de cosméticos (BPF cosméticos) son un conjunto de normas y directrices establecidas para garantizar la calidad, seguridad y eficacia de los productos cosméticos fabricados. Estas prácticas se aplican a lo largo de todo el proceso de fabricación, desde la adquisición de materias primas hasta el envasado y etiquetado del producto final.
El objetivo principal de las BPF cosméticos es asegurar que los productos cumplan con los estándares de calidad establecidos y sean seguros para el uso por parte de los consumidores. Al seguir estas prácticas, las empresas pueden prevenir la contaminación, la adulteración y el deterioro de los productos, garantizando así la integridad y eficacia de los mismos.
