Dentro de la industria cosmética, las emulsiones son sistemas comúnmente utilizados. Una emulsión se caracteriza por ser el resultado de la mezcla de dos fases: la fase dispersa, que como su nombre lo indica, se encuentra dispersa en forma de pequeñas gotas, dentro de la otra conocida como fase continua. En este orden de ideas, las emulsiones pueden ser clasificadas como simples o múltiples.
En primera instancia, dentro de las emulsiones simples se dan a conocer aquellas que son de tipo directa aceite-en-agua (O/W), donde pequeñas gotas de aceite (fase oleosa) se encuentran dispersas en la fase acuosa.
Mientras que, las emulsiones simples de tipo inversa agua-en-aceite (W/O) hace referencia a que las pequeñas gotas de agua (fase acuosa) se encuentran dispersas en la fase oleosa. Por otro lado, las emulsiones múltiples son sistemas más complejos en donde las emulsiones son de tipo 2
aceite-en-agua-en-aceite (O/W/O) o agua-en-aceiteen-agua (W/O/W).
El emulsificante juega un rol muy importante en la formulación de una base de maquillaje, ya que éste determina, no solamente, la estabilidad de la emulsión, sino que también modifica distintos factores importantes a evaluar, tales como: viscosidad, color, cobertura, tiempo de secado y aspecto.
La viscosidad debe ser medida con un reómetro de manera que se obtenga un comportamiento real del fluido, como se mencionó previamente en la sección de análisis de resultados, y esta pueda ser un factor determinante para evaluar la reformulación de una base de maquillaje.
Adicional a esto, se debe evaluar la cantidad de pigmentos que están siendo utilizados en la formulación, de manera que el tono de la base de maquillaje no se vea afectado por el emulsionante.