Con el peeling ultrasónico facial se puede limpiar el cutis en profundidad, destapar poros, eliminar comedones y reducir diversas imperfecciones, dando como resultado una piel más clara, sana y con un tono más uniforme.
Dado que nuestra piel se renueva a diario, en las arrugas y poros se acumula piel muerta que, junto con la sudoración y la contaminación ambiental, provocan manchas que afectan su aspecto natural y saludable. De esta manera reducen su brillo y luminosidad.
La solución a este problema puede ser una exfoliación con productos cosméticos o naturales, aunque estos tratamientos no siempre limpian la piel en profundidad. Es entonces cuando el uso del peeling ultrasónico se vuelve imprescindible, y siempre debe ser realizado por un profesional cualificado y bajo la supervisión de un médico estético que haya examinado previamente la piel.
¿En qué consiste un peeling ultrasónico facial?
Es una técnica que, como toda exfoliación, se basa en la eliminación de células muertas y residuos de la superficie de nuestra piel. En este caso se realiza por vibración mecánica emitida por una espátula de acero quirúrgico, que se mantiene en contacto directo con el tejido.
Esta vibración se genera gracias a la emisión de una corriente alterna de alta frecuencia de más de 20.000 Hz que no es percibida por el oído humano.
Las ondas sonoras de la ecografía, pelan y favorecen la regeneración de colágeno y elastina favoreciendo el funcionamiento de los fibroblastos. Esto a su vez mejoran la oxigenación y nutrición de los tejidos.
El tratamiento se realiza con un equipo específico de medicina estética que envía ondas ultrasónicas y vibraciones de intensidad regulable hacia la dermis. Uno de sus lados elimina progresivamente las imperfecciones de la piel, y una vez terminado, el otro lado masajea la zona tratada con una loción o mascarilla refrescante. No es doloroso, no provoca hinchazón ni enrojecimiento.
El tratamiento tiene una duración aproximada de una hora, dependiendo de la zona y del estado de la piel de cada paciente. Se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, aunque las zonas más demandadas son el peeling facial y de espalda. Está especialmente recomendado para personas con piel sensible.
Cuidados post tratamiento
Una vez realizado el tratamiento, durante una o dos semanas, no se debe exponer al sol y se debe aplicar una loción hidratante en la zona.
Normalmente, los resultados empiezan a notarse una vez terminado el peeling. La piel quedará restaurada, rejuvenecida y libre de imperfecciones y células muertas.
Gracias a este tipo de peeling, además de mejorar la circulación en la zona tratada, se estimula la regeneración celular de colágeno y elastina, recuperando la elasticidad e hidratación de la piel. Además ayuda a prevenir el envejecimiento cutáneo, lo que produce una piel suave y sana.
Este tratamiento no es adecuado para mujeres embarazadas, personas afectadas por infecciones de la piel o con heridas recientes.
Ventajas del peeling ultrasonico
Además de permitir una limpieza y regeneración profunda de la piel, eliminando cicatrices de acné, manchas cutáneas, células muertas o suciedad, esta técnica permite que la piel recupere su elasticidad, firmeza y flexibilidad gracias a su triple acción de exfoliación, extracción y estimulación colágeno.
También produce un rejuvenecimiento facial gracias a una mejor oxigenación, atenuando las líneas y mejorando las arrugas leves. Por otro lado es ideal para una mejor penetración cosmética ya que prepara los poros y los abre.
En general, es una técnica especialmente beneficiosa para personas con imperfecciones muy marcadas y apreciables como el acné; que necesitan una limpieza profunda en las capas más superficiales de su piel. Es un tratamiento muy recomendable dentro del campo de la medicina estética, ya que es el menos dañino para la piel y sus riesgos son mínimos cuando lo realiza un experto.
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