Saber cuál es el marcador de una piel saludable en términos de biodiversidad es aún una incógnita. La gran variación entre diferentes personas y lugares del cuerpo complica la respuesta, ya que todos tienen un ecosistema único de microbios que habitan en su cuerpo. Los cambios en la abundancia de microbios en la piel se han asociado con estados patológicos, como el acné y la psoriasis.
Sin embargo, a pesar de años de investigación e intentos de encontrar biomarcadores definitivos para la salud de la piel utilizando especies o clados, el conocimiento aún es limitado. Debido a la complejidad de los ecosistemas que se rigen por principios físicos no lineales, y la gran variación intra e interpersonal, puede pasar algún tiempo antes de que proporciones exactas de microbios se vinculen definitivamente a diferentes estados de salud de la piel.
¿Cómo es un microbioma sano?
La variación entre la composición del microbioma de cada persona significa que diferentes proporciones de microbios son saludables en la piel de una persona, pero no necesariamente en otra. Por ejemplo, dos personas podrían tener una piel sana pero mostrar abundancias microbianas muy diferentes. Por eso la biodiversidad como biomarcador de piel sana o dañada es más fiable.
Un trabajo describió un mecanismo de medición de la salud de la piel que recopila diferentes niveles de biodiversidad correspondientes a diferentes niveles de salud de la piel. Allí se notó que un aumento en la biodiversidad se equiparó a un ecosistema más saludable. La piel dañada o enferma muestra una diversidad reducida. Los estudios han descrito que una mayor diversidad bacteriana ha llevado a un sistema inmunológico más eficaz.
La disbiosis y la disminución de la biodiversidad del microbioma de la piel se han relacionado con la mayoría de sus dolencias. Por ejemplo eccema, psoriasis, dermatitis, cáncer de piel y muchas más. Se necesitaría más trabajo para determinar adecuadamente si la baja biodiversidad de la piel es una causa o un síntoma.
Otros trabajos han descrito cómo la comunidad microbiana de la piel humana se ve influenciada por el sexo y por la edad. Esto podría resultar crítico para mejorar el mecanismo de medición de la salud de la piel para su uso en cualquier sujeto humano. También para ayudar a los estudios que prueban qué factores ambientales causan daños a largo plazo en la piel; ya que se ha producido una explosión de problemas cutáneos observados en el mundo occidental en los últimos 75 años.
Estudio de la biodiversidad de la piel saludable
Un estudio reciente recolectó muestras de hisopos palmar del antebrazo de humanos con piel “sana”, desprovista de dolencias cutáneas. Luego se analizaron sus microbiomas bacterianos utilizando secuenciación de ARNr 16S. En primer lugar, se pretendía establecer un valor de referencia de la diversidad para una piel occidental saludable.
El efecto del sexo
Este estudio no encontró diferencias significativas en la diversidad alfa entre los sexos, pero los hombres tenían una biodiversidad promedio ligeramente más baja. Este hallazgo se repitió en trabajos anteriores en los que era evidente una disminución de la diversidad para los hombres en casi todos los sitios del cuerpo. Esta diferencia fue estadísticamente significativa en muchos más sitios corporales en humanos de comunidades rurales que urbanas. Esto implica que los factores ambientales en el mundo occidental podrían ser una causa del menor efecto del sexo en la diversidad.
El hecho de que los hombres produzcan más sebo podría influir en los resultados, especialmente en las zonas de la piel con alto contenido del mismo. En promedio, las áreas sebáceas de la piel son menos diversas que las secas o húmedas, lo que podría deberse a que la producción de sebo aumenta la acidez de la piel.
La piel dañada promueve la dispersión de la flora bacteriana residente de la piel y conduce al crecimiento de hongos y bacterias patógenas. Las diferencias en la aplicación de cosméticos faciales, también podrían haber disminuido la diferencia de diversidad. La piel generalmente más ácida de los hombres, asociada con una menor diversidad del ecosistema, junto con la cantidad de aplicación cosmética y la producción de hormonas, la frecuencia de lavado y la tasa de transpiración podrían ser razones para diferencias entre los sexos.
El efecto de la edad
Los resultados muestran que los humanos entre las edades de 28 y 37 parecen tener la diversidad alfa promedio más alta. En tanto los humanos de 48 a 57 años tienen la más baja, aunque los resultados no son estadísticamente significativos.
Los seres humanos mayores son más susceptibles a la aparición de trastornos inflamatorios, lo que encaja con que las personas mayores tendían a tener una piel menos diversa. Pero no se sabe por qué sus microbiomas son más fáciles de colonizar para los taxones oportunistas. Con el envejecimiento, la capacidad de la piel para producir sebo y retener la humedad cambia. Aunque los cambios a corto plazo en la pérdida de agua transepidérmica (TEWL) y la diversidad parecen no estar relacionados.
En este estudio se determinó un valor de referencia para la diversidad microbiana. Este es un paso para ayudar a comenzar a evaluar qué factores ambientales, como los químicos sintéticos en los cosméticos modernos, están contribuyendo al gran aumento de los problemas de la piel en el mundo occidental. Además, para ayudar a las evaluaciones dermatológicas de la susceptibilidad a infecciones o enfermedades a los tratamientos asociados, se deben agregar al mecanismo de medición de la salud de la piel puntos de referencia de diversidad divididos en edad, sexo, área de residencia, lugar del cuerpo y enfermedades de la piel.